(Francia, Luc Besson, 2025)

“Tras una devastadora pérdida, el príncipe Vlad II, conde de Drācul, renuncia a Dios y es maldecido con la vida eterna, condenado a vagar solitario a lo largo de los siglos. Este es el relato sobre la historia jamás contada del infame vampiro, que desafiará al destino y la mortalidad en busca de su amor perdido.”
Después de una ceremonia inaugural que supo hacer de la necesidad virtud y demostrar que no hace falta traer youtubers para tener una buena presentación del Festival (todavía recuerdo el chascazo del año que se trajeron a Esty Quesada tras una emotiva presentación/despedida de la querida vicerrectora de cultura Tecla Lumbreras) y en la que los alumnos de la ESAD se marcaron una presentación totalmente impecable, con su homenaje a esa maravilla que es “El jovencito Frankenstein” (Young Frankenstein, Mel Brooks, 1974), pudimos ver la última película de ese francés que te da una de cal y tres de arena.
